Este mes, específicamente el día 8 de octubre mi segundo y amado libro ‘ M U J E R A V E ’ cumple un año de vida, este post es para conmemorar su existencia y todas las comprensiones que sus letras han traído.
Iniciaré este escrito con una pregunta: ¿Cuál es la ruta que trae impresa tu alma hasta que logras parirte con alas?
Sin duda el camino del despertar nuestra mujer Ave y permitir que desde el dolor vivido nos broten alas, está marcado por la valentía y decisión de atravesar las puertas que representan a cada una de nuestras heridas antiguas y pendientes.
Se trata de tomar las riendas de nuestra vida y hacernos cargo de lo que amerite, sea reordenar la relación con nuestra madre, padre, antepasados, niña interna etc.
Sin duda, todas las mujeres tenemos un cántaro arrebozado de memorias, algunas han sido heredadas desde el linaje matrilineal antiguo, y otras, han sido las historias que hemos experimentado en nuestra biografía personal, hoy, te invito a tomarte un momento y preguntarte, qué de todo ello, tienes el tiempo, la energía y las herramientas para hacerte cargo ahora y qué, está fuera de tu alcance y no hay tiempo ni vida para tratar de reacomodar.
Con aquello de tus memorias que verdaderamente puedas hacerte cargo hoy, te invito a dar los pasos que sea necesario y sumergirte en un proceso terapéutico de profundidad y calidad, que te permita reordenar los asuntos de tu vida que aún te consumen parte de tu energía vital e impiden el despliegue de tus alas, esto es sólo un mirar el pasado y reacomodarlo para posteriormente situarnos en el presente, con nueva fuerza, nuevos aires y fértil creatividad.
Este es el primer paso de la Mujer Ave, reordenar el pasado que se encuentra tras su espalda, para que este sea un impulso que la invita a transitar su vuelo con pasión, fiereza y vehemencia.
Siempre visualizo el pasado como una fuerza que está detrás nuestro y según como la reordenemos, ésta resultará algo que nos pesa y nos ancla, o algo que nos impulsa y sostiene. Lo uno o lo otro, está en las decisiones que vamos tomando en el camino de crecer y sanar como mujeres adultas.
Una vez que nos embarcamos en el propio camino curativo es importante notar qué es aquello que como Mujer Ave debo dejar morir, debido a que ya cumplió su tiempo y ante esta dolorosa decisión, lo único que nos queda es ofrendarlo como abono a la tierra; sean relaciones que no funcionaron, proyectos que ya no me hacen sentido han sido abortados a nivel energético, lugares y relaciones con las cuales debo cerrar ciclos etc.
Esto desencadena el poder ‘mudar las plumas amarillentas y gastadas, hasta que una nueva capa de ellas brote en la piel’: lo que se traduce en el enraizamiento y práctica de nuevas y sanas formas de ser, estar y sentirme como mujer en el mundo, ‘encuerpando’ nuevas y livianas estructuras de pensamiento que traen liviandad en el día a día y amplitud de manifestación en el proceso creativo.
¿Por qué es tan importante este proceso de regeneración de las plumas? Porque nuestro vuelo realizado, símbolo de nuestra vida creativa, requiere toda nuestra fuerza vital, y mientras haya heridas no sanadas en las alas o plumas gastadas que estoy cargando por no atreverme a soltarlas, esta energía primordial del vuelo creativo será consumida retornando constantemente a las letanías destructivas del pasado.
En síntesis: si la energía vital, se escapa en nuestras repeticiones y ‘lo no sanado’, implica que ésta está poco disponible para nuestras realizaciones creativas.
Por otro lado, el parirnos con alas después del tránsito descrito, e impulsar un nuevo comenzar, implica reconocer que se ha ganado y encuerpado una nueva fuerza, una nueva visión y una nueva forma de sentirnos como mujeres en el mundo.
En ese momento en que te estás pariendo como una mujer con alas, es clave que puedas tomar en tu corazón tus linajes de padre y madre, pues la fuerza de tus antepasados es trascendental para conformar la potencia de tus alas, por lo tanto, no sólo se trata de reacomodar en nuestro corazón nuestra historia pasada y heredada en un camino terapéutico, sino también, desarrollar una actitud de honra y reverencia hacia mis raíces y la vida, esto termina por traerme una fuerza y sostén en mi caminar.
La Mujer Ave, es el arquetipo de la mujer que recordó su capacidad de regeneración y por lo tanto no teme a los vuelos y caídas, rasmillones o alas rotas, ella conoce los ciclos y ritmos existenciales y por ello confía cuando el tiempo de morir y renacer llega.
Finalmente, te comparto este extracto del cuento ‘Alas para el alma’ de mi libro Mujer Ave
[…] Cuando llega el momento más oscuro de aquella noche de luna nueva, una a una, va tomando cada pluma entre sus manos para palparla meticulosamente con sus dedos, de esa forma la Mujer Ave se sumerge en esa labor, sintiendo cada uno de los finos hilos que conforman su plumaje. Mientras ello ocurre, pareciera que el tiempo se detiene, para mostrarle cada una de las historias que éstas han registrado como cicatrices de batalla. Si bien al quitar cada una de ellas, hay dolor y minúsculas gotas de sangre brotan sobre los poros de su piel, esto pasa a un plano secundario, gracias a la sublimidad poética con que cada pluma es arrancada y soplada al viento, pues cada una de ellas, le muestra imágenes a través del vapor que sale de su respiración, otorgándole el regalo de sentirse absolutamente sostenida por algo más grande, sabio e invisible.
Cuando finalmente, se ve con la piel descubierta y se percibe como un animal absolutamente vulnerable, siente por primera vez el frío más abrumador de su vida, pues ya no tiene su espesa capa de plumas para abrigarse, ahora sólo le queda acurrucarse en su nido en la montaña, arroparse con el fuego de su confianza y ser paciente al esperar que su plumaje crezca nuevamente.
Mientras transcurren los días, la soledad, el frío y el hambre la fastidian cada vez más y con ello millares de preguntas navegan entre sus pensamientos: ¿habré hecho bien? ¿era el momento correcto para hacerlo? ¿crecerán nuevamente mis plumas? ¿podré volar otra vez? ¿volveré a ser feliz? ¿tendré la fuerza suficiente para atravesar este proceso?
Sin embargo, más allá de todo cuestionamiento y miedo a lo que sucederá, la Mujer Ave intuye que aquellas plumas ya habían cumplido su tiempo y no había nada que pudiera hacer para evitar esta trascendental despedida. – Todo estará bien- se repite a sí misma, mientras intenta soplar sus manos y sobar sus pies con vigor para paliar el frío que la cala cada vez más profundo […]
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Con amor Ximena