LA MUJER DE LOTO: La que nace con toda su luz desde el fango para iluminar al mundo.

La mujer de loto, es aquella que se transformado a sí misma, hasta emerger desde las aguas estancadas, oscuras y turbias de su propia vida, como una flor plena y virtuosa. Ella está impregnada de belleza y dones, encendiendo la luz única que hay dentro de sí para ofrendarla genuina y transparente al mundo. Cada una de esas virtudes, las ha cultivado desde su propio dolor, con tiempo, paciencia, determinación, creatividad y amor. Ella es la representación viva de la transformación y alquimia.

La mujer de loto ha desarrollado la pureza y la alta vibración espiritual,  ha trascendido el dolor, la oscuridad y la muerte misma. Ha abrazado a su propio depredador, triunfando ante los ataques del pasado, por lo que es la representación más exacta de la virtud de la resiliencia, pues es aquella que sale fortalecida del dolor y los obstáculos, llegando a ser la mejor versión de sí misma. 

La mujer de loto llega a ser un ejemplo, de superación y crecimiento interior, una inspiración para el mundo, pues es aquella que abrazó y acogió a su depredador interno trascendiendo el autosabotaje.

Para descubrir a la mujer de loto que hay en ti, haz un recorrido simbólico del camino de sanación que has hecho en tu vida, desde ahí descubre todas las veces que has pasado por momentos de oscuridad, y posterior a ello, analiza con exactitud que flores han emergido desde tu fango vital.

La mujer de loto, es el arquetipo que debemos despertar en nosotras cuando hemos vivido episodios dolorosos, que nos hayan generado una grieta, pues ella es la que nos muestra cómo refinar el dolor: transformarlo, alquimizarlo y resignificarlo en dones. De esta forma, sublimamos y damos un nuevo sentido a la vivencia dolorosa, un para qué: ¿Qué espera la vida de mí con esta vivencia?

La mujer de loto es la que nos lleva a crear con aires artísticos y sublimes, aquello que experimentamos como los grandes dolores humanos. Invócala al momento de crear desde el dolor, y de ello surgirán las más hermosas creaciones, como una flor de loto que nace desde el fango en el amanecer.

La mujer de loto es una mujer que se ha transformado con paciencia a sí misma, ella en sí misma es una ofrenda para la existencia.

Te comparto el cuento medicina de «La Mujer de Loto»  del libro Relatos del cántaro.

Su cuerpo era de fango, sus manos de fango, sus pies de fango, su vientre de fango, sus ojos de fango, su cabello de fango, y no cualquier fango, sino el más putrefacto y maloliente que puedas imaginar.

Ella era toda entera de fango y vivía en el pantano que había en medio del bosque uterino. Las circunstancias de la vida, la habían llevado a optar por permanecer allí flotando en su propia pudrición, y aquella era la única forma de habitarse.

Siempre estaba quieta y silenciosa, casi imperceptible para los demás seres del bosque, excepto por su acentuada fetidez. Sabía que si se movía más de la cuenta, se hundía en el pantano, ante lo cual sólo le quedaba desarrollar la templanza, esperar y confiar. Ella tenía esperanza de que todo en algún momento cambiaría, pero si no ocurría esa deseada transformación, su corazón día a día se iría haciendo más oscuro y frío hasta morir.

Anterior a su tiempo en el barro, ya había pasado tantas noches llorando y había sentido tanto dolor, que un día prefirió morir en vida y continuar existiendo entre la solitaria y fría oscuridad del fango. Ella sentía que era la única forma de estar lo suficientemente preparada, para mirar de frente su dolor ancestral. Más allá de todo lo mal que podía sentirse, intuía que ese viaje a su propia pudrición, tenía un fin mayor: darse a luz a sí misma.

Para sobrevivir a esas condiciones, había aprendido a alimentarse de insectos, que como ella, vivían en aquel mundo fangoso. Había comprendido además, que en las noches frías de luna nueva podía abrir sus ojos para mirar las estrellas, cuya luz era aún más vigorosa en plena oscuridad. Otras noches simplemente observaba a las aves, hadas y duendes del bosque que le recordaban lo que ella misma alguna vez fue. Aun cuando, actualmente su olor a barro podrido hacía que muchos no se acercasen a ella y prefirieran evitarla.

Así fue como pasó noventa lunas nuevas, viviendo en esa fría y densa masa de agua podrida, sólo seguía por inercia ese ritmo que ya le era natural. Año a año se había hundido más y más hasta que llegó el momento en que tocó el fondo del pantano. Aquí, estaba la opción de entregarse a los brazos de la muerte o intentar nadar para salvarse. Con sus últimas fuerzas nadó.

Al llegar a la superficie, abrió los ojos y vio la noche estrellada sobre ella, llegando a contemplar la inmensidad y belleza de la existencia. Sintió tanta emoción, que tomó una gran bocanada de aire que le devolvió la vida, junto con ello brotó un llanto hondo que estaba guardado de hace varios años. Ese momento fue un volver a nacer.

Impulsada por esa chispa divina, intuyó que ya era tiempo de florecer, y así en el siguiente amanecer se parió a sí misma desde el fango. A la primera luz del alba, ya había nacido la primera mujer de loto.

Impulsada por una energía vital que surgía desde el barro, aparecieron la vida y la belleza manifestándose en su máximo esplendor. Se habían encontrado en un mismo pantano la muerte y la vida, y con ello, fue posible la alquimia del alma.

Con amor Ximena