¿Será que ninguna mujer que se haya convertido en maga y con ello, haya recordado parte esencial de su medicina y magia, ha sido porque la vida fue color de rosas o su existencia caminante por la tierra pasó desapercibida o fue fugaz y liviana?
Seguramente, cada una de las mujeres de este mundo, que ha parido en cada uno de sus espacios y vínculos una magia trascendente y luminosa, ha tenido que atravesar el bosque profundo de su propia alma, reconociendo en ese tránsito miedos voraces, también mirando a los ojos sus dolores sangrantes y finalmente maternando con dulzura heridas infantiles, para luego transformar todo eso en una fuerza creativa- volcánica puesta en servicio a la vida.
Ella, seguramente, ha debido hacer uso de su magia más amorosa, ya que no le ha quedado de otra, no ha tenido más remedio y ha debido buscar a como de lugar, su propia medicina para poder ayudarse y salvar su corazón.
Seguramente, cada mujer que hoy camina como Maga- Alquímica, ha descubierto en medio de ese viaje hacia lo oscuro y rechazado de sí misma, un cántaro portador de un fuego ardiente, creativo y transformador, capaz de dar calor a sus noches más frías y oscuras y curar el congelamiento que intenta devorar su alma.
Una vez que el fuego de ese cántaro es encendido por ella misma, con cerillos heredados desde las mujeres antiguas, no hay invierno que pueda con ese fuego, no hay tiniebla que pueda esconder su radiante luz, y no hay agua que pueda apagar su llama ardiente.
Una Maga- Alquímica, se gesta y da a luz dentro del mismo viaje a través del bosque oscuro y solitario, desarrollando día y noche en ese caminar, las cualidades del autoconocimiento, paciencia y valentía. Pues, ella va aprendiendo poco a poco las artes de su magia a través de la escuela que porta el bosque de su alma.
Es así como, al viajar por la noche a través de sus sueños, logra entablar conversaciones con las antiguas magas de su linaje, quienes bendicen su camino y le enseñan las sagradas artes de ser mujer mágica.
Éstas le muestran como sanar la herida desde la misma sangre que brota de ella y a pesar del dolor que puede producir entrar en esa herida, le cuentan que existe la posibilidad de cerrar los ojos para encontrar un dulce refugio en algún espacio de su alma.
Así también, en ese intrépido viaje a lo profundo, los árboles la transforman al contarle cada tarde sus secretos antiguos, el viento le enseña su lenguaje al traerle desde lejos la voz de los sabios, y el sol con pequeños rayos que se calan entre las hojas por la mañana, le hace saber que existe una esperanza y que un día ella verá la luz nuevamente al abandonar ese bosque renovada. Sólo debe ser paciente y esperar a que sea el momento idóneo para finalizar su viaje.
Cada una de las lecciones que ella aprende al abrazar esa agobiante, inmensa y amenazadora oscuridad, son luego sus tesoros vivos, pues al crearse su propia magia sin que nadie pudiera mostrarle como hacerla, logra llegar al origen alquímico de la vida, el rezo.
Cuando en los ojos de otra mujer descubras espontáneamente que ella ha realizado las rutas de la Maga-Alquímica, reverencia internamente sus medicinas, su camino seguramente fue largo y oscuro antes de llegar hasta aquí. Ella es un espejo mostrándote la grandeza de tu propia alma.
Y entre magas nos reconocemos por el brillo incandescente de nuestros ojos.
Dedicado a todas las Magas que me he encontrado en mi caminar a través del bosque, que sus caminos continúen floridos.
Por Ximena Nohemí
8 comentarios en «El camino de la maga alquímica que vive en ti»
Ojalá encuentre ese gran camino para salir, que grande eres gracias
que así sea y puedas encontrar ese camino!!! un abrazo inmenso querida Mari Carmen!!
Gracias bonita, tus palabras han llegado a mi corazón. Hoy veo en ti y tantas otras mujeres esa magia. Espero mi camino pueda alquimizar pronto y atravesar este bosque siendo más Maga que nunca. Te abrazo desde Coyhaique ❤!
Tú tienes la fuerza y sabiduria para atravesar tu bosque uterino, te abrazo hermosa
Gracias por hoy se que valgo mucho
todas mis magas me acompañan
gracias a ti por amarte!
agradecida…