Dentro de todas y cada una de las mujeres que han pasado por este mundo, existe una MAGIA capaz de curar hasta el alma más hecha pedazos y crear vida desde la PASIÓN movilizadora.
Sin embargo, ese DON sólo despierta si el corazón está dispuesto a recordar su esencia más pura y ponerla al servicio tanto de la propia vida, como de la humanidad.
La medicina de las mujeres es tímida, dulce, silenciosa y sigilosa, es como una viejecita que se esconde en el bosque en su casa de madera, cuyas puertas cantan agudamente de tan seca que se encuentran las bisagras. Puede ser que cuando llegues a ese lugar recóndito, toques la campana, pero ella decidirá si te abrirá hoy, mañana, o en un par de años más. Pues, gusta por sobre todo de los corazones genuinos, que traen ojos de niña y vieja a la vez.
Dicen que donde más puedes ver aquella medicina, es entre los ropajes verdes de la madre tierra, por ejemplo, puede aparecer como una serpiente que sale de la boca de una caverna y se devora los venenos cristalizados a lo largo de los años, también puede manifestarse como un águila veloz, ante la cual, si no logras estar lo suficientemente despierta para colgarte de sus garras, pierdes la oportunidad de sanar y tu momento pasa. Por último, también puede ser un venado a lo lejos, que si no logras proteger del depredador que está al acecho, es asesinado y tomado como un trofeo, al no reconocer su REAL VALOR. Así también la medicina de las mujeres se esconde entre los árboles y nidos de aves cantoras, se escabulle en amaneceres rojos y cantos de una bandada de aves.
Esa medicina que tú buscas no tiene forma, color ni receta, aunque quizá pueda mencionarte dos elementos que hacen que ocurra la magia y la mujer recuerde la verdad de su alma. Estos son el AMOR y la RECEPTIVIDAD.
Así también cuando encuentres LA MEDICINA entre tus andanzas, no intentes apropiarte de ella, le pertenece a la existencia, así también es parte del legado de todo el género femenino y si intentas dar sólo un paso en falso, ya no podrás volver a encontrarla jamás.
En un pasado antiquísimo, cuando se iniciaron tiempo de conflicto y ambición entre sacerdotisas, la medicina de las mujeres MAGAS ALQUÍMICAS huyó muy lejos para esconderse de la pugna, se agazapó entre madrigueras amenas, cavernas recónditas y mentes curiosas. Logró esconderse muchas generaciones a lo largo del hilo rojo, sin embargo, desde hace ya varios años, que ha comenzado poco a poco a salir de la cueva, con timidez y miedo de ser nuevamente motivo de disputa.
Hay días en que tu medicina está más audaz y seguramente la sientes fuerte en ti, te sientes más viva, más plena y hasta capaz de abrazar el mundo entero en amor. Deja que se quede el tiempo que estime necesario y cuando se marche honra también su partida, y el vacío o resabio de miedo que pueda dejar tras su paso, todo ello es parte importantísima de ti y merece todo tu amor.
Tu medicina ha aparecido para ser compartida con el mundo, por el contrario, el dejarla sólo para ti por miedo o el no lograr darle un lugar sagrado en tu vida hace que pierda total sentido y se disipe.
Cuando la percibas muy presente, respira a través de ella, siéntela, vívela, crea desde ella y a través de ella e irradia todo eso hacia afuera como el sol irradia su calor y luz. No te preocupes por sus alcances, no están bajo tu control, es una decisión del espíritu.
Por lo tanto, sólo podemos intencionar a que toda la medicina que nos ha sido dada, sea para la cura tanto de nosotras mismas, como de todas nuestras relaciones.
Así es como, desde la apertura a la generosidad, la medicina amorosa se MULTIPLICA en todos los tiempos y en todas las direcciones.
Con infinito amor
Ximena Nohemí
2 comentarios en «La medicina de las mujeres»
Gracias iluminaste mi rostro con esta historia
Gracias Pamela por leer