Cuando una tribu de mujeres despierta, el universo entero se reverencia ante ellas. Pues se han reunido en círculo durante muchas vidas, muchos tiempos, muchos cuerpos, muchos lugares, razas, acentos y colores. Lo han hecho como brujas, magas, curanderas, parteras, esclavas, guerreras, en aldeas enteras que han sido masacradas y quemadas. Lo han hecho sanando, cantando, danzando, rezando, sangrando, pariendo, envejeciendo, muriendo y naciendo juntas. Hoy, sólo han recordado cómo y para qué volver a reunirse.
Para que una tribu de mujeres se reúna, cada una ha debido atravesar muchos obstáculos de la historia de su alma. Han sido acusadas, perseguidas, quemadas y hasta se ha vejado su cuerpo, su sexualidad y su voz.
Sin embargo, siempre hay una misión más fuerte que las llama, es la voz de la Madre Tierra convocando a sus hijas. Así una a una oyen el llamado silencioso que suena en sus úteros y les recuerda que ellas son “Hijas de la Tierra”. Cuando las mujeres se disponen a oír ese llamado, despierta en ellas un sentido de vivir más profundo, ancestral y eterno, que las lleva incansablemente a buscar la tribu.
Ya en círculo, se atreven a mirarse a los ojos y reconocerse. Así todas celebran el haberse reencontrado después de tantos tiempos y lugares, tantas vidas y tantas muertes.
Es por eso que nos encanta celebrar la vida danzando y cantando, y cuando nos miramos sin corazas a los ojos, nos emocionamos hasta las lágrimas.
Sólo puedo volver a reafirmar que aunque nos quemen, acusen y persigan una y otra vida, nos volveremos a reunir en torno a lo sagrado, seguiremos creyendo que podemos cambiar el mundo, que menstruar es divino, que parir es nuestro poder, que nuestro cuerpo nos pertenece exclusivamente a nosotras, que podemos reunirnos cuantas veces más deseemos. Que estamos aquí para vivir: plenas, libres y salvajes.
Está impreso en nuestras almas; “por más muertes que tengamos, viviremos nuevamente para volver a encontrar nuestra tribu”. Para reír, llorar y gritar juntas en libertad cuántas vidas más nos plazca. No hay miedo, sólo ánimos de seguir viviendo y por sobre todo, vivir en celebración y regocijo. Haciendo de la vida un rito sagrado.
Este texto es parte de los escritos de mi primer libro Relatos del cántaro
Por Ximena Nohemí Avila Hernández
4 comentarios en «Muchas vidas, muchas tribus»
Caminar y recorrer el camino que un dìa nos vedaron nos hace recordar nuestra verdadera esencia femenina y cuando mas y mas mujeres vuelvan a sus pasos ancestrales y mas mujeres retornen al circulo habrà un momento en que se escuchara el grito de las mujeres despiertas que haràn que los hombres las miren con respeto y sera en ese momento en que volveremos a caminar hombres y mujeres en un estado de amor y cooperacion …
Infinito amor para todas las mujeres de la tierra
Así es hermosa Yasmin, gracias por tus palabras. Te abrazo hermana
Gracias Ximena por cada palabra resuenan en mi corazón. Me siento parte de una gran Tribu de mujeres caminando alrededor del mundo sembrando vida y amor, en ocasiones me han silenciado pero cada vez me siento más fuerte, más salvaje más libre para seguir sanando
Querida Katia, gracias por tus hermosas palabras, así es hoy nuestro rezo de sanación está más fuerte que nunca lo siento vibrar en mi corazón, te abrazo hermana