La sexualidad femenina tiene alma, y ésta se mantiene viva en la relación de útero a útero entre las generaciones de mujeres, ese vínculo que existe a través del tejido del hilo rojo invisible que une a cada madre con su hija, formando una gran cadena genealógica, un gran hilo de amor.
Cuando en la experiencia de vida de las mujeres hay dolor, tortura, abuso o vejación de esta alma, la sexualidad femenina enferma y las mujeres del hilo rojo viven desde muy pequeñas la relación con su sexualidad en displacer, miedo, rechazo o asco, siendo un aspecto que se vive desde el cumplimiento, la inercia o la obligación o simplemente no se vive.
Así la sexualidad femenina se compone de historias, de amores y olvidos, de luces y sombras, de estaciones, cavernas y hechos que se repiten en la red. Pues cada una de nosotras en nuestro cuerpo de mujer, somos un cántaro de historias cuyas aguas se purifican al dejarnos ser penetradas por el amor infinito y universal desde el cielo (energía divina masculina) y desde la tierra (energía divina femenina).
Cuando comenzamos a sumergirnos en estas aguas uterinas descubrimos toda la vida y toda la muerte que hay en nuestras manos por medio de la sexualidad, pues esta energía nos conecta con esos dos grandes principios de la existencia. Cada vez que algo nace o muere en ti, estamos hablando del alma de la sexualidad femenina.
Así también al ir más profundo en estas aguas, nos encontramos con una memoria colectiva compartida por todas las mujeres, y es esa memoria arquetípica universal que se compone de la historia de la humanidad, en la cual hubo tanto dolor y tanto maltrato al cuerpo de la mujer, que las secuelas de estos hechos aún nos duelen al menstruar, al amar, al parir.
El alma de la sexualidad femenina está enferma y está pidiendo sanación a gritos, pues cualquier herida que haya existido en esta ánima se traspasa a través de las generaciones, hasta que un integrante tiene el coraje de hacerse cargo de ella a través del amor.
Y que importante es que alguien lo haga, pues de la sanación de esta energía depende el futuro completo de toda la humanidad, y no sólo de la relaciones humanas de hombre- mujer, mujer- mujer u hombre- hombre, sino de la relación del ser con la madre tierra, pues todo el daño que se realiza hacia ella es la propia herida interna proyectada sobre ésta.
La sexualidad femenina es un ser vivo, como tú, como yo, como la madre tierra, merece atención, merece ser escuchada, y por sobre todo merece ser sanada de forma que cada mujer pueda vivirla en plena libertad, sabiduría y placer infinito.
Al estar viva por ende tiene un linaje, pues nuestra sexualidad biográfica es hija de la sexualidad del linaje femenino, que a su vez es hija de la historia universal de la sexualidad femenina. Por lo tanto somos las nietas de la historia sexual de la humanidad, y es esta historia sexual la que deseamos develar a través de los encuentros y talleres en Cántaro Sagrado.
Con amor a todas las que han sido parte del viaje de la SEXUALIDAD ANCESTRAL Y PLACER FEMENINO y también para todas las que pronto lo vivirán.
Por Ximena Noemí Ávila Hernández
2 comentarios en «El alma de la sexualidad ancestral. Relatos del cántaro»
Gracias, me siento aliviada…
Querida Karla muchas bendiciones y sigamos sanando.